DEFINICIÓN Y CARÁCTER DE LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN
TEORÍA CRÍTICA DE LA ENSEÑANZA: LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO. CAPITULO 6
La investigación-acción (action research) es, sencillamente, una forma de indagación autoreflexiva que emprenden los participantes en situaciones sociales en orden a mejorar la racionalidad y la justicia de sus propias prácticas, su entendimiento de las mismas y las situaciones dentro de las cuales ellas tienen lugar. En el terreno de la educación, la investigación-acción ha sido utilizada para el desarrollo curricular basado en la escuela, el desarrollo profesional, el mejoramiento de programas de enseñanza y la planificación de sistemas y desarrollo de políticas. Aunque con frecuencia dichas actividades se llevan a cabo utilizando planteamientos, métodos y técnicas que nada tienen que ver con la investigación-acción, los que participan en estos procesos de desarrollo recurren cada vez más a la misma como una manera de participar de la elaboración de decisiones acerca de esos desarrollos.
Por lo que concierne al método, un carácter central del enfoque de la investigación-acción es una espiral autoreflexiva formada por ciclos sucesivos de planificación, acción, observación y reflexión. (…)
(…) Según Lewin, la investigación-acción, consiste en el análisis, la concreción de hechos y la conceptualización de los problemas; la planificación de programas de acción, la ejecución de los mismos, y nueva concreción y evaluación de hechos, con lo que se repite otra vez el ciclo de actividades, la investigación-acción crea las condiciones que permiten el establecimiento de comunidades de aprendizaje, esto es, de comunidades de estudiosos comprometidos a aprender de los problemas y efectos de su propia acción estratégica y entenderlos, así como a mejorar tal acción en la práctica.
Los asistentes al seminario nacional sobre investigación-acción celebrado en la universidad Deakin de Geelong (victoria) en mayo de 1981 adoptaron una definición de investigación educativa activa que reproducimos aquí ligeramente abreviada:
“Investigación educativa es el término que se emplea para describir una familia de actividades de desarrollo curricular, desarrollo profesional, programas de mejoramiento escolar y desarrollo de la planificación de sistemas. Lo que tiene en común estas actividades es la identificación de estrategias de acción programada que se han de implementar, y que luego son sistemáticamente sometidas a observación, reflexión y cambio, teniendo en cuenta que los participantes en la acción se consideran íntegramente comprometidos en todas estas actividades”[1]
En esta definición se mantiene la noción Lewiniana de la espiral por medio de los conceptos de planificación, observación, acción y reflexión. También la participación, de antiguo reconocida por Lewin y colegas como un aspecto esencial del proceso de investigación-acción, sigue siendo un rasgo esencial. Pero la definición concede asimismo una importancia central a la noción de acción estratégica. Se propugna que la investigación-acción es el método de investigación preferente siempre que el foco de la actividad investigadora sea una práctica social. Debe ser preferida a la investigación positivista, que trata las prácticas sociales como funciones de sistemas determinados, así como a los planteamientos puramente interpretativos que contemplan las prácticas como productos histórico-culturales. En realidad, las prácticas sociales son, esencialmente, empresas arriesgadas que requieren juicios de prudencia acerca de aquellas, y como tales no pueden justificarse únicamente por referencia a principios teóricos ni en términos puramente retrospectivos por referencia a su localización cultural e histórica.
(…) ¿Cuáles son las condiciones mínimas para la investigación-acción? Puede sostenerse que, para que pueda asegurarse que existe una investigación-acción, deben darse tres condiciones individualmente necesarias y conjuntamente suficientes: la primera, que un proyecto se haya planteado como tema una práctica social, considerada como una forma de acción estratégica susceptible de mejoramiento; la segunda, que dicho proyecto recorra una espiral de bucles de planificación, acción, observación y reflexión, estando todas estas actividades implantadas e interrelacionadas sistemática y autocríticamente; la tercera, que el proyecto implique a los responsables de la práctica en todos y cada uno de los momentos de la actividad, ampliando gradualmente la participación en el proyecto para incluir a otros de los afectados por la práctica, y manteniendo un control colaborativo del proceso. (…)
(...)dos objetivos esenciales tiene toda investigación-acción: mejorar e interesar. En cuanto a la mejora, la investigación-acción apunta a tres sectores: primero, al mejoramiento de una práctica, segundo, a la mejora del entendimiento, de la práctica por parte de quienes la realizan; tercero, al mejoramiento de la situación en que dicha práctica tiene lugar. El objetivo de interesar va de la mano con el de mejorar. Los que intervienen en la práctica considerada tienen que intervenir en todas las fases – planificación, acción, observación y reflexión- del proceso de investigación-acción. A medida que se desarrolla un proyecto de investigación-acción se prevé que irá interesándose en el proceso un circulo cada vez más numeroso de los afectados por la práctica.
[1] Véase L. Brown y otros, <<action research: notes on the national seminar>> School of education, Deakin University (ciclostilado) 1981.