La consideración medioambiental: los peligros del greenwashing
El turismo es sin duda, una de las principales actividades que genera no solo crecimiento económico, sino también desarrollo y transformación de los lugares, y cuando hablamos de Turismo comunitario, nos referimos a que puede ser este un agente transformador de ciudad o de región. Por esta razón, al pensarse en "Rutas de Turismo Comunitario" se contemplo como elemento dinamización del los procesos locales, artísticos y culturales, respondiendo así a los objetivos de un turismo responsable.
“Rutas en Turismo Comunitario” es el resultado de un esfuerzo por mostrar parte de las experiencias de quienes habitan y trabajar por y para la comunidad, en el que se enseñan solamente algunas de las voces de los actores de este trabajo, y bajo esta premisa vemos como puede ser de delicado y complejo el proceso, ya que a simple vista podría parecer un mero trabajo logístico, con buenas intenciones y con una mirada fresca respecto a ampliar las formas de conocer nuevos espacios en la ciudad, sin embargo, parte de ese gran esfuerzo es dedicarle el tiempo que sea necesario para que cada paso sea el correcto y se pueda prever a tiempo cuales pueden ser los posibles riesgos en que pueda caer o intereses diferentes con los que pueda ser visto.
Teniendo en cuenta que el hombre ha contribuido en gran proporción a la destrucción e irrecuperación en del entorno ambiental, hoy en día se ve como muchos procesos, productos, servicios, actividades y hasta rutas turísticas ofrecen nuevas opciones, en las que el consumidor se sienta que con su adquisición, está colaborando con el medio ambiente ó no contribuye con su deterioro, pero precisamente de esta nueva oleada “verde” unos tantos aprovechan para hacer una nueva forma de capitalización, bajo la fachada “sostenible, sustentable, amigable, social, etc” , llamado green-washing (lavado verde), en el que básicamente se aprovecha de los intereses globales para convertir un bien o un servicio en un lenguaje amable que termina por favorecer intereses personales o de unos pocos. Claro, la responsabilidad no se limita únicamente a quienes lo ofrecen, sino también es indispensable que los usuarios reaccionen sobre el papel que se juega en este tiempo de crisis medio ambiental, pues no se puede llegar al punto de “lavado de conciencia” solamente por consumir de un mercado verde.
Es indispensable asumir cada uno el rol que corresponde, pues bien sabemos que el cambio no está solo en las voces de los expertos, académicos, científicos o políticos, sino que cada uno tiene un papel imperante y transformador, y que si bien ahora hablan en este caso quienes habitan un espacio de la ciudad o de la región cargado con un imaginario negativo, los demás son quienes pueden ver una oportunidad distinta para ampliar la visión y actuar en un entorno más específico y particular.
Con el proyecto se propone demostrar que debemos ser ejemplo de convivencia y respeto por el entorno ya que este es nuestro campo de trabajo y de él depende el éxito de nuestra labor. Desde aquí se invita a que se asuma un rol de defensor de los recursos (naturales, sociales, culturales…) y que se aproveche la relación de los diferentes agentes que actúan en la ruta: visitantes, guías, organizaciones, colectivos y participantes, para que se comprenda el valor de los recursos que están usufructuando y en un futuro regresen a un lugar con calidad de vida ambiental.
“Rutas en Turismo Comunitario” es el resultado de un esfuerzo por mostrar parte de las experiencias de quienes habitan y trabajar por y para la comunidad, en el que se enseñan solamente algunas de las voces de los actores de este trabajo, y bajo esta premisa vemos como puede ser de delicado y complejo el proceso, ya que a simple vista podría parecer un mero trabajo logístico, con buenas intenciones y con una mirada fresca respecto a ampliar las formas de conocer nuevos espacios en la ciudad, sin embargo, parte de ese gran esfuerzo es dedicarle el tiempo que sea necesario para que cada paso sea el correcto y se pueda prever a tiempo cuales pueden ser los posibles riesgos en que pueda caer o intereses diferentes con los que pueda ser visto.
Teniendo en cuenta que el hombre ha contribuido en gran proporción a la destrucción e irrecuperación en del entorno ambiental, hoy en día se ve como muchos procesos, productos, servicios, actividades y hasta rutas turísticas ofrecen nuevas opciones, en las que el consumidor se sienta que con su adquisición, está colaborando con el medio ambiente ó no contribuye con su deterioro, pero precisamente de esta nueva oleada “verde” unos tantos aprovechan para hacer una nueva forma de capitalización, bajo la fachada “sostenible, sustentable, amigable, social, etc” , llamado green-washing (lavado verde), en el que básicamente se aprovecha de los intereses globales para convertir un bien o un servicio en un lenguaje amable que termina por favorecer intereses personales o de unos pocos. Claro, la responsabilidad no se limita únicamente a quienes lo ofrecen, sino también es indispensable que los usuarios reaccionen sobre el papel que se juega en este tiempo de crisis medio ambiental, pues no se puede llegar al punto de “lavado de conciencia” solamente por consumir de un mercado verde.
Es indispensable asumir cada uno el rol que corresponde, pues bien sabemos que el cambio no está solo en las voces de los expertos, académicos, científicos o políticos, sino que cada uno tiene un papel imperante y transformador, y que si bien ahora hablan en este caso quienes habitan un espacio de la ciudad o de la región cargado con un imaginario negativo, los demás son quienes pueden ver una oportunidad distinta para ampliar la visión y actuar en un entorno más específico y particular.
Con el proyecto se propone demostrar que debemos ser ejemplo de convivencia y respeto por el entorno ya que este es nuestro campo de trabajo y de él depende el éxito de nuestra labor. Desde aquí se invita a que se asuma un rol de defensor de los recursos (naturales, sociales, culturales…) y que se aproveche la relación de los diferentes agentes que actúan en la ruta: visitantes, guías, organizaciones, colectivos y participantes, para que se comprenda el valor de los recursos que están usufructuando y en un futuro regresen a un lugar con calidad de vida ambiental.